lunes, 19 de febrero de 2007

La carga de Balaklava

La llamada Guerra de Crimea empezó por un conflicto religioso entre monjes católicos y ortodoxos por la custodia de los Santos Lugares (de Jerusalén) en poder de Turquía. Turquía, apoyada por Inglaterra rechaza el ultimátum ruso del príncipe Ménchikov, que reclama el derecho de protección a los ortodoxos. Así sucede que en 1853 tropas rusas invaden los principados del Danubio, lo cual causa que Turquía le declare la guerra a Rusia. En septiembre de 1854 se produce un desembarco anglo-francés en Crimea; los aliados asedian Sebastopol (primera guerra moderna de trincheras) y triunfan en las batallas de Alma e Inkermann, no obstante las grandes bajas sufridas por la baja temperatura y el cólera. A raíz de estas pérdidas se hace famosa Florence Nightingale (1820-1910) quien funda la moderna asistencia a los heridos en combate. Hasta ese momento la mayoría de los heridos morían tanto por infecciones sobrevenidas a posteriori de la batalla cuanto por la falta de cuidados adecuados en los post operatorios.

En 1854 se produce la famosa batalla de Balaklava que mucha gente conoce debido a la película sobre el tema. Se trata de la carga suicida lanzada por la caballería ligera al mando de lord Cardigan contra los cañones rusos.

El 26 de septiembre los rusos atacan, al mando del príncipe Ménshikov poniendo en peligro el asedio a la ciudad de Sebastopol. Ante el peligro inminente lord Raglan, comandante en jefe del cuerpo expedicionario aliado, ordena a Lord Lucan, proteger el flanco norte de Balaklava. Éste interpreta mal la orden de su superior y pide a su cuñado, lord Cardigan un ataque frontal con su brigada ligera de caballería a la artillería rusa situada en el fondo del valle.

El 25 de octubre de 1854 a las 11 de la mañana se produce la famosa carga de la caballería contra los cañones rusos. Se consideró este episodio como "el fin de una época", ya que quedó totalmente demostrado la imposibilidad de la caballería de enfrentarse con la moderna artillería, cosa que hasta el momento resultaba aún discutible.

De los 673 hombres que participaron en la carga sólo regresaron 193. Del 13º cuerpo de Dragones sólo sobrevivieron dos oficiales y ocho soldados. La leyenda de los 600 cabalgando por el Valle de la Muerte, que cantaron los poetas, sobrevivió a la guerra y se convirtió en parte del imaginario del ciudadano británico.

La Guerra del Yom Kippur (o "Guerra del Ramadán")

Sucedió cuando, el 6 de octubre de 1973, a las 14 horas del "Día Sagrado de la Expiación", Yom Kippur, (cuando una gran parte de la población israelí pasa la jornada rezando), las tropas egipcias del presidente Sadat por el Oeste y las tropas del presidente sirio Assad por el Este lanzaron su ataque sobre Israel. La festividad religiosa fue un momento adecuado, aunque notablemente descortés, para atacar por sorpresa.

Si bien la penetración de las tropas egipcias resultó espectacular, con aquellos chorros de agua destruyendo las defensas judías, la más peligrosa fue la siria. Sí éstos tomaban la meseta del Golán, tendrían la posibilidad de asestar una puñalada mortal al corazón de Israel

Esta posibilidad no era ficción. Por un lado las dos brigadas acorazadas que guarnecían la frontera judía, la 7ª y la 188ª no estaban completas de efectivos y solo contaban, entre ambas, con unos 170 tanques. Por el otro tenemos a los sirios con tres divisiones mecanizadas, dos acorazadas y unos 1500 carros. Si bien el que se defiende tiene siempre mejor situación, la desproporción era tan grande que cualquier estratega podría dar por liquidada la posición israelí.

Así fue como en el primer momento los sirios dominaron el monte Hermón, una posición dominante sobre el flanco norte del despliegue israelí y poco después aniquilan a la 188ª Brigada. No obstante la desesperada resistencia de reductos aislados judíos les ocasionaron fuertes bajas. Además la 7ª Brigada resiste la feroz embestida con combates de carros disparándose a quemarropa. En la retaguardia judía reinaba el desconcierto y la posición llegó a ser tan crítica que a medida que la tripulación de los carros se iban completando marchaban directamente al frente (recordando, para el observador, la situación del frente de Moscú, en 1941, cuando las tropas que desfilaban en la ciudad iban directamente a combatir a los alemanes que ya habían llegado a la periferia). En los campamentos de reunión cuando cada tanque reunía su tirador, cargador, conductor y jefe de carro, aunque la tripulación podía no haber servido nunca juntos, partían con presteza. Muchos reservistas fueron directamente al frente en sus propios coches, según cuentan las crónicas.

De esta manera cuando el 9 de octubre quedaban sólo siete tanques de la 7ª en posición de combatir, una improvisada fuerza de trece carros lanzó un contraataque que desconcertó a las fuerzas sirias, completamente seguras en su marcha, y frenó en seco su avance.

En momentos tan cruciales los judíos consiguen reunir fuerzas para completar dos divisiones de refuerzo; pero en vez de enviarlas a reforzar el frente, en una situación tan débil como la comentada, arriesgan un ataque por los dos flancos de las fuerzas sirias, aprovechando la concentración en forma de cuña de éstas. Las unidades sirias, frenadas en su avance y al sentirse en peligro de caer en una bolsa mortal se repliegan con velocidad dejando gran cantidad de material bélico sobre el campo de batalla.

La batalla del Golán, al decir de los especialistas, fue el mayor enfrentamiento entre tanques desde la época, en la Segunda Guerra Mundial, de la batalla de Kursk. Participaron en total 2400 carros de combate, con pérdidas para los sirios de 800 tanques frente a 250 de los judíos.

El frente del Golán concluyó con la ocupación de 410 km. cuadrados de territorio sirio y 269 prisioneros. Unos 120 hombres del Zahal (Tsahal), el ejército judío, habían caído en manos sirias.

El frente egipcio también fue escenario de fuertes combates; pero las fuerzas israelíes consiguieron frenar el avance de las tropas enemigas en la península del Sinaí y un inesperado contraataque, la noche del 15 al 16 de octubre, del entonces general Ariel Sharon depositó a sus fuerzas paracaidistas y siete carros en la orilla oeste del Canal de Suez, en el extremo septrentrional del Gran Lago Amargo. Uutilizando pontones y algunos puntos de apoyo existentes, el 17 y 19 de octubre las fuerzas incrementadas de Sharon se despliegan en la retaguardia egipcia, eliminando los emplazamientos de mísiles soviéticos y permitiendo a los Phantom israelíes atacar posiciones enemigas. El alto el fuego encontró a Sharon ocupando 1.500 km cuadrados de territorio egipcio y nueve mil prisioneros en su poder. Por otro lado Egipto conservaba aún una franja de 11 km de ancho a lo largo de toda la orilla este del Canal y había apresado a unos 250 judíos.

Hasta el final de la contienda, en material, Egipto, Siria e Irak perdieron algo más de 1300 tanques, el Zahal perdió unos 840, aunque luego se recuperaron bastantes. Las fuerzas aéreas árabes habían perdido 368 aviones, dos tercios de ellos egipcios; Israel perdió 114. Según fuentes árabes las bajas fueron de 19.000 muertos y 51.000 heridos. Israel tuvo 7.500 bajas mortales, entre ellas 25 coroneles y 80 comandantes.

La guerra de Yom Kippur terminó con la victoria militar de los israelíes y la victoria política de Sadat, quién pudo demostrar a su pueblo que eran capaces de enfrentarse con los hebreos. El "Gran Cruce", así llamado por los egipcios, del Canal de Suez fue su gran baza psicológica y un gran recurso propagandístico muy utilizado posteriormente. El "contracruce" de Sharon en cambio, quedó silenciado como un episodio menor... aunque, sin embargo, fue el que determinó la intervención de la Unión Soviética, no dispuesta a permitir el derrumbe del régimen de Sadat, quién en ese momento le era muy favorable. Posteriormente Anwar el Sadat cambia de bando, se alía a EEUU y firma la paz con los judíos; pero ésa... es otra historia.

La batalla de Stalingrado

A mediados de Octubre de 1942 el General Von Paulus lanza el ataque más desesperado de toda la batalla de Stalingrado con el ánimo de desalojar totalmente las tropas rusas atrincheradas en una estrecha franja al costado del Volga. El 14 de octubre la ofensiva arrecia, escribe Vasili Grossman: "Sólo aquí sabe la gente lo que es un kilómetro. Un kilómetro son mil metros, o cien mil centímetros. Los subfusileros (alemanes) borrachos empujan con una testarudez lunática. No queda nadie que pueda contar como combatió el regimiento de Markelov... Sí, eran simples mortales y ninguno de ellos regresó" (1)

Rusos y alemanes entremezclados en un frente sinuoso se matan entre sí con furia y desesperación. En las alcantarillas de la ciudad, en los edificios destruidos por las bombas, en las fábricas arrasadas pero que aún mantienen en pié sus estructuras; por todas partes se dispara con todo lo que hay a mano, pistolas, subfusiles, ametralladoras... tanques, cañones y las baterías rusas de la otra orilla del río que a veces bombardean a sus propias tropas de cerca que están unas con otras. Ni siquiera el cielo estaba tranquilo ya que los Stukas atacaban también intentando desalojar a los rusos aferrados tercamente a sus posiciones.

Cuenta el periodista: "...estaba una mecanógrafa del cuartel general, Klava Kopilova, una gordita siberiana de rojas mejillas, que había comenzado a mecanografiar la orden de batalla en el cuartel general y quedo enterrada por una explosión. La sacaron fuera y siguió mecanografiando en otro búnker. Volvió a quedar enterrada y la extrajeron de nuevo. Finalmente acabó de mecanografiar la orden en el tercer búnker y se la llevo al comandante de la división para que la firmara".

Los relatos de los supervivientes son estremecedores; la mayoría quedó marcada para toda su vida por los episodios de esos meses. Las mujeres pelearon al mismo nivel que los hombres realizando sus tareas como si estuvieran en la retaguardia. Cuenta Grossman que cubrió la batalla desde el mismo lugar donde sucedió: "Nuestras chicas, con termos a las espaldas, nos traen el desayuno. Los soldados les hablan con mucho humor", y más adelante describe en una lista improvisada algunas de las bajas femeninas individualizándolas una a una : "Liolia Novikova, una risueña enfermera que no le tenía miedo a nada, fue alcanzada por dos balas en la cabeza. Nina Lisorchuk, herida. Katia Borodina, la mano derecha aplastada. Antonina Iegorova, muerta. Se lanzó al ataque junto con su pelotón. Era una enfermera en prácticas. Un subfusilero le disparó en ambas piernas y murió por la pérdida de sangre. Tonia Arkanova acompañaba a los soldados heridos y fue dada por desaparecida. Galia Kanisheva, muerta por la explosión directa de una bomba...".

La batalla prosigue día tras día sin interrumpirse, los soldados no duermen, o lo hacen en cualquier lado, rendidos, cuando ya no aguantan más. La distancia entre enemigos llega a ser de pocos pasos "Si se interrumpen las comunicaciones, es fácil comunicarse con los regimientos de viva voz" dicen, en broma, en el Cuartel General.

A pesar de todo, los rusos aguantaron el embate del, en ese entonces, el ejército más aguerrido y potente de la tierra. Aguantaron septiembre, todo octubre, noviembre..., hasta que las tornas se giraron y el 62º ejercito quedó encerrado y luego aniquilado a finales de enero del próximo año. El, por ese entonces, ascendido Mariscal Von Paulus (para que muriera cubierto de honor, como quería Hitler), prefirió, en cambio, la vida en cautividad junto con los sobrevivientes de su ejército, y la batalla de Stalingrado pasó a ser el punto de inflexión de la guerra y un símbolo de lo que puede hacer la gente cuando está dispuesta a no ceder.

(1) Las referencias entrecomilladas pertenecen al libro, recientemente aparecido en lengua española "Un escritor en guerra. Vasili Grossman en el Ejército Rojo, 1941-1945", de Antony Beevor, Editorial Crítica.

Italia Capitula

El 8 de septiembre de 1943 la BBC de Londres anuncia oficialmente la capitulación de Italia, en la II Guerra Mundial. El mariscal Badoglio, presidente del Gobierno, había huido con el rey Víctor Manuel la noche anterior. Simultáneamente comienzan los desembarcos en la playa de Salerno, al sur de Roma. Los alemanes, furiosos con la traición de su aliado, desarmaron fácilmente a las tropas italianas y en los casos en que éstas opusieron resistencia las atacaron con violencia. En la isla griega de Cefalonia, donde las fuerzas italianas repelieron varios asaltos de la 1ª división de Montaña del ejército alemán, cuando al final se rindieron fueron ejecutados 155 oficiales y 4750 soldados lo que constituyó un verdadero crimen de guerra.

El general Mark Clark al mando del 5º ejército comandó las operaciones sobre el terreno. Este general que había destacado como un brillante oficial de estado mayor resultó, según los estudiosos de su país, un desastre: "Ambicioso, implacable con sus subordinados, pródigo con las vidas de sus solados, poco comprensivo con las dificultades de otros ejércitos aliados, y más dado a sentirse impresionado por las apariencias que por la sustancia..." Así lo describen Williamson Murray y Allan Millett que en su recomendable libro: "La guerra que había que ganar" (Editorial Crítica), continuan "...Al modo de ver de Clark, había una proporción directa entre el esfuerzo militar y el número de bajas. Además, comprendía poco el marco táctico y operacional dentro del cual combatían sus fuerzas, y mostraba las peores cualidades del "general todo va bien" que detestaban los soldados" (pag.421).

Frente de guerra muy cruento que curiosamente ha sido relativamente ignorado por la literatura y el cine. Desde septiembre de 1943 hasta abril de 1945 el total de bajas aliadas fue de 312.000 bajas y el de los alemanes de 435.000. No contemos las de los civiles, pero probablemente cerca de un millón de personas entre muertos y heridos se llevó esta campaña.

Primera entrada

Este blog es el resultado de una actividad continuada en la lectura y reflexión de episodios bélicos muy variados en tiempo y lugar. Su nombre responde a una idea, para mi hartamente comprobada: que la defensa de la Paz no puede pasar por ignorar las amenazas externas sino por enfrentarlas con una actitud sabia y prudente... que implica no el desarme sino la preparación continuada para la Defensa en cualquier circunstancia y modalidad de ataque que la agresión se presente.