jueves, 30 de octubre de 2008

Armas de la antigüedad. II

Los arietes no eran la única manera de enfrentarse a los sitiados, que amparados detrás de sólidos muros eran capaces de aguantar largo tiempo. Estaban las “torres”, construcciones de madera, con ruedas, capaces de acercarse a las murallas y desde una altura mayor que éstas lanzar toda clase de objetos contundentes contra los defensores. Lo mejor era utilizar una combinación de ambas armas, de esta manera se lograba una acción conjunta que reforzaba el ataque y permitía concentrar más fuerzas en un mismo punto. En el año 397 AC, Dionisio el Viejo “hizo avanzar contra la muralla las torres rodantes, de seis pisos que habían sido construidas en función de la altura de las casas, dotándolas a continuación de puentes voladizos para invadir por la fuerza el tejado de las casas vecinas” (Ivon Garlan, ibidem. Pág.111). Torres más altas se construyeron posteriormente. Durante el reinado de Alejandro Magno se construyeron torres de 14,5 m de alto con estructuras de pino, abeto, roble y fresno. En el penúltimo piso tenían puentes voladizos provistos de aparejos para alzarlos sobre las murallas. Se conservan descripciones detalladas de estas máquinas de asedio que nos dejan, aún hoy, admirados. En la imagen una reconstrucción de una de ellas que se llamaban “helépola”, es decir “conquistadoras de ciudades”. 

miércoles, 29 de octubre de 2008

Armas de la antigüedad. I

Solemos considerarnos en el siglo de la tecnología, despreciando lo que se ha hecho en el pasado, y más aún en la antigüedad… pero nuestro punto de vista adolece de bastante ignorancia. Tomemos por ejemplo el caso de las ciudades amuralladas y los aparatos que se inventaron para vencer estos obstáculos. Entre las máquinas de asedio figuran en un lugar destacado los “arietes”, esas estructuras generalmente de madera, con punta de metal,  que pugnaban por hacer un agujero en la muralla y por allí penetrar al asalto de la ciudadela. Según cuenta Ivon Garland (en su libro “La guerra en la antigüedad”) esta arma fue inventada en el asedio de Samos (440-439 AC) por un ingeniero de Pericles, Artemón de Clazómenas, aunque estos artilugios ya eran conocidos en Asia desde mucho tiempo antes, desde el tercer milenio antes de Cristo.

Los mayores arietes de los griegos fueron construidos en el -305 durante el asedio de Rodas, éstos tenían una viga de 53 metros cubierta de hierro, con una punta comparable al espolón de un navío. Estos arietes estaban montados sobre ruedas y con un movimiento de péndulo eran capaces de golpear duramente la pared que se alzaba delante de ellos. Si se piensa que su dotación era de mil hombres, según cuenta Diodoro, ya podemos imaginar lo que representaría para los defensores ver acercarse lentamente este monstruo antediluviano.

En la imagen un ariete posterior, tecnológicamente más avanzado, con iguales dimensiones que el mencionado pero que sólo necesitaba cien hombres (10 veces menos) en su dotación para ser utilizado.

Una tecnología complicada, que en trance de tener que reinventarla en estos días seguro que muchos no tendrían ni la menor idea de cómo hacerlo. 

sábado, 18 de octubre de 2008

Richard Overy

Otro libro que debe figurar en la biblioteca de todo estudioso de la Segunda Guerra Mundial. (Datos con algunas notas tipo resumen de los 5 primeros capítulos):

Overy(1995)
Richard Overy
"Por qué ganaron los aliados"
Tusquets,  Historia
Barcelona, abril 2005
pp.499
Tit.Orig: Why the Allies Won

Prefacio: No es fácil contestar a la pregunta de por qué ganaron los aliados. 

Cap. 1: Victoria imprevisible. Los aliados no estaban predestinados a vencer y bien pudieron ser derrotados. Además los resultados son ambiguos (en cuanto a "ganaron"). Lo que logró la guerra fue hacer el comunismo más seguro en el mundo; y por otra parte si las democracias se salvaron... fueron gracias a la dictadura soviética. Hay dos factores determinantes de la victoria: la celeridad y magnitud del rearme de USA y la rápida recuperación de la economía soviética luego del descalabro de 1941.  Por otro lado las potencias del eje fueron incapaces de aprovecharse de sus ventajas; la política de tierra quemada soviética, la corrupción italiana, los conflictos de feudos en Alemania entre diferentes dirigentes y entre éstos y el ejército. Todo recuerda a las guerras napoleónicas: un agresor de gran habilidad combativa y con con liderazgo superior, pero que poco a poco decae y primero es imitado y luego superado por sus enemigos. El liberalismo parecia a punto de caer en los años treinta y los dos grandes imperios (Inglaterra y Francia) se sostenían como un castillo de naipes. La invasión de Japón a China y Manchuria y de Italia a Abisina muestra la impotencia de los países democráticos, y la figura de Hitler es definitiva para que estallara la guerra entre las grandes potencias; sin él habría sido impensable /o sea que para el autor, la figura de Hitler es crucial en el desencadenamiento de la 2gm./ La 2gm fue un acontecimiento colosal, donde los Estados principales llegaron a movilizar la tercera parte o más de sus recursos humanos y dedicaron hasta dos tercios de su economía a satisfacer las necesidades bélicas. Alemania, con un ejército de ocho millones de soldados lanzó el grueso de sus fuerzas contra Rusia, esperándo vencerla en cuatro meses. En diciembre de 1941, cuando los japones atacaron Pearl Harbour, los soviéticos ya habían perdido cuatro millones de hombres, ocho mil aviones y diecisiete mil tanques (cifras que equivalían a la totalidad de sus fuerzas al principio de la invasión). La forma como se recobraron de su descalabro sorprendió totalmente a la Alemania nazi. Un facto importante en contra del eje fue la forma en que se ejerció el liderazgo personal, caprichoso y centralizado al máximo en Alemania, corrupto en Italia. Los aliados triunfaron en la campaña de rrpp al lograr hacer aparecer a Hitler como personificando el mal y la esclavitud (tarea que fue facilitada por el propio Hitler y su guerra de destrucción y dominio en Rusia). Las intensas pasiones que se alzaron contra el eje fueron determinantes para mantener una alianza entre países con intereses encontrados y grandes discrepancias militares.

Cap. 2: La guerra del Pacífico tuvo su Trafalgar, para los japoneses, en la batalla naval de Midway, donde se hundieron cuatro portaviones japo. A partir de aquí se frenó la expansión japonesa y USA pasó a considerar prioritario atacar a Hitler. La batalla del Atlántico fue extemadamente dura, y recién a partir de junio de 1943 se vió que la iban ganando los aliados. La figura del Almirante Horton, en Gran Bretaña, fue decisiva y la falta de colaboración de la RAF fué un factor que retrasó esa victoria. El radar centimétrico, el entrenamiento de las tripulaciones de los barcos escolta, la formación de guerzas de reserva para apoyar las defensas de los convoys en los momentos críticos y la llegada del avión a todos los lugares del Atlántico fueron los factores que decidieron la lucha. 

Cap.3 Se describe la Batalla de Stalingrado, en un panorama general que bien sirve para repasar antes de leer un libro específico. Se deja en muy buenos términos al Gral. Chuikov. Stalingrado fue importante pero no decisivo. En cambió la batalla de Kursk si la fué. La más importante de la 2gm que puso definitivamente a los alemanes a la defensiva. La URSS no ganó sólo por tener más soldados o más armamento sino por el odio tremendo que se levantó ante el asalto nazi y sus atrocidades. 

Cap.4 Los bombardeos. Churchill promete a Stalin que ya que no se puede abrir el 2do. frente en 1943 se bombardeará Alemania a mansalva. Stalin insiste en que también se incluyan las ciudades. De las potencias occidentales sólo ingleses y yankis creían en las virtudes de los bombardeos "estratégicos". En el 43 empezaron a ser efectivos aunque sobrellevaron los aliados tremendas pérdidas en hombres y máquinas. Más de 50 mil cañones antiaereos esperaban a los bombarderos como no no iban acompañados de caza la carnicería era grande. Recién a fines del 44 se alcanzó el dominio del cielo alemán con la desaparición de los cazas; y esto se consiguió sólo con agregar tanques suplementarios a los cazas ingleses y norteamericanos. Al final los bombardeos desarticularon el esfuerzo de guerra alemán. 
La misma política se aplicó a Japón, con mayor efectividad y con menos bombarderos (las ciudades japonesas no estaban preparadas para esta clase de ataque y ardían con mucha facilidad). En Japón los bombardeos consiguieron la rendición del país sin invadirlo.
En resumen, los bombardeos aliados fueron otra causa de que ganaran la guerra. Contribuyeron a limitar el desarrollo económico de Alemania; consumieron grandes recursos de defensa en hombres, armas y municiones, además de la producción de cazas que quedó privilegiada en vez de bombarderos alemanes. Estos recursos fueron retirados de otros frentes, como el ruso, contribuyendo a la debilidad en éstos. Destruyeron la confianza y afectaron seriamente a los civiles. Fueron, en suma, un efectivo 2do. frente en las ciudades, cuando aún no se podía abrir uno militar y luego para evitar el traslado de tropas a los frentes menguantes.

Cap 5 Dedicado a la invasión de Normandia (operación Overlord). Las tremendas dificultades iniciales fruto de desacuerdos entre los aliados yanquis e ingleses. Al final Stalin inclina la balanza a favor de los norteamericanos al aprobar y desear la invasión; Churchill se queda con un palmo de narices. Luego la disparidad entre Eisenhower el comandante supremo y su segundo el mariscal Montgomery. La invasión en si misma fue un esfuerzo hercúleo de hombres y materiales y gracias a la bien armada campaña de intoxicación se pudo engañar a los alemanes; con Patton como principal figura de esa operación. El dominio aereo abrumador fue otro de los resortes importantes para que la invasión tuviera éxito. Hasta casi dos meses después Hitler no cayó en la cuenta que no habría una segunda invasión por el paso de Calais.

El ejército USA

Excelente escritor que sabe aunar la visión general estratégica con los incidentes tácticos, incluyendo la anécdota personal que le ofrece al lector un toque humano muy cercano. Atkinson es periodista e historiador, y aunque muchas veces renegué contra los periodistas (por su escasa información en términos técnicos –lo que en sí no es culposo, pero resulta “doloso” si se oculta- y por la falta de conocimientos históricos de base) esta vez tengo que reconocer que le otorga a la narración un colorido y dramatismo muy eficaz para poder representarnos las operaciones a distintos niveles de análisis.

Su primer libro “Un ejército al amanecer” cuenta como el ejército norteamericano se hizo adulto… a golpes, y su segundo libro “El día de la batalla” prosigue la narración mostrando como, luego de innumerables errores, el mismo ejército terminó siendo una fuerza creíble (algo que los ingleses tardaron bastante en asimilar).