lunes, 10 de noviembre de 2008

Ampliación de Auschwitz

Hallados los planos del campo de Auschwitz
Acaban de encontrarse los planos originales para la ampliación de éste famoso campo de concentración nazi. Contemplaba ¡como no! una amplia cámara de gas de 11m por 11m. Algo confortable para despedirse de este mundo. 

Fotos de la Segunda Guerra Mundial

El tópico, repetido hasta el hartazgo establece que una imágen vale más que mil palabras. Algo que puede ser verdad... o totalmente falso. Todo dependerá de la imágen y del significado de esas mil palabras. Pero para el que conoce de un tema las imágenes que le corresponden dan mucho de sí; y por eso es que recomiendo este blog que me encontré por azar. Algunas fotos son conocidas pero siempre encontraremos alguna que no habíamos visto: http://mejoresfotos2gm.blogspot.com/

domingo, 2 de noviembre de 2008

La liburna


En la antigüedad también se inventaba, algo que parece una obviedad pero que en nuestro tiempo de abruptos cambios tecnológicos resulta estimulante pensar en ello. Algunos inventos, quizá muchos, nunca llegaron a ser conocidos por la sencilla razón que no tuvieron éxito. En la imagen se ve uno de ellos. La liburna, que a fines del período antiguo era sinónimo de “nave”, aunque en su origen se refería a una embarcación con dos filas de remos y proa de bronce. Pues bien este invento proponía la sustitución de la propulsión manual por la animal. Seis bueyes hacen girar por pares tres cabrestantes en la cubierta del barco; y éstos mueven tres ruedas de paletas en el exterior de la borda.

El invento, que combinaba dos tipos de molinos conocidos en la época (el tradicional y el molino de agua vertical), estaba pensado para ahorrar efectivos “sine auxilio cuiusquam turbae” que cómo se puede entender perfectamente, permitiría a los navegantes de barcos de guerra sobre todo, prescindir del auxilio de la “turba”, esos remeros con que solían pagar sus culpas los condenados.

El invento era práctico y en cierto modo adelantaba los barcos de rueda que en muchas películas aparecen, con sus respectivos tahúres, en el Misisipi, entonces ¿por qué no se puso en práctica? Por un lado técnicamente tenía problemas. Para realizar la operación encomendada los bueyes debían describir, como mínimo, un círculo de 3 metros de diámetro lo que era imposible con las dimensiones de la cubierta en los barcos de la época (incluyendo todo el espacio útil que era menester para operar a bordo). Por el otro, existían razones sociológicas que hacían el invento innecesario; mientras existiera abundante mano de obra barata ¿para que innovar?

Fuente: “Anónimo sobre asuntos militares”. Edición de Álvaro Sánchez-Ostiz. EUNSA. Ediciones de la Universidad de Navarra, SA. Pamplona. Noviembre 2004. pp.192.

¿Por qué Hitler invadió a la Unión Soviética?


Visto en perspectiva histórica fue un tremendo error que, a la postre, determinó la liquidación del 3º Reich… pero ¿fue tan irracional la decisión como ahora nos parece?

Situémonos a principios de 1941. Gran Bretaña arrinconada en su pequeña isla, sometida a un bombardeo implacable y sin ninguna posibilidad de cambiar el signo del conflicto. Si no fuera por la ayuda de Roosvelt estaría a punto de pedir la paz (como Hitler esperaba y un sector importante del establishment británico deseaba), pero aún así toda su situación era crítica. EEUU difícilmente entraría en la guerra europea; su presidente se lo había prometido al pueblo y por eso ganó las elecciones. Existía una gran corriente aislacionista en este país, y Hitler estaba al tanto de ello.

Por otra parte ¿Qué era la URSS en ese momento? Un gigantesco país que en manos germanas serviría como granero inagotable y fuente de toda clase de materias primas necesarias, y que si bien tenía un gran ejército estaba pasando por un momento delicadísimo a raíz de las tremendas purgas de Stalin de los años 1936 y 37. Téngase en cuenta que casi todos los oficiales de experiencia habían sido exterminados y por lo tanto el ejército era una gran masa, pero informe, sin una dirección eficaz y sobre todo experimentada (el 70% de los comandantes de Cuerpos de Ejército, el 60% de los comandantes de División, el 50% de los comandantes de Regimiento y del 20 al 25% del resto del personal de mando habían muerto o estaban en prisión condenados) (1). La URSS era un coloso con los pies de barro y no había ningún dato que contradijera esta hipótesis. Pero sólo unos pocos años más bastarían para que la URSS subsanara sus profundas deficiencias y reconstruyera su cuadro de oficiales. Entonces militarmente sería otro cantar. Quizá sus ejércitos no llegaran nunca a la calidad alemana, pero sus recursos materiales cubrirían esta diferencia.

¿Era entonces tan descabellado aprovechar la coyuntura? ¿No era una oportunidad que parecía una ventana abierta hacia la conquista y que en pocos años se cerraría definitivamente?

Creo que muchos de los críticos actuales en aquel momento, y sin la información privilegiada que da el análisis post mortem, habrían coincidido con el Führer.

Entonces ¿Qué anduvo mal? ¿Era falsa la información que obraba en manos alemana? Ahora sí que podemos utilizar la perspectiva que nos da la historia, y en mi impresión fueron básicamente dos cosas las que provocaron el desastre germano.

La primera se encuentra en el carácter especial de la invasión nazi. Se la pensó como una guerra de exterminio y de subordinación permanente para a la población que hubiera sobrevivido. Las órdenes de la Wermacht eran claras, consistentes: se enfrentaban a una clase de guerra diferente a la del frente occidental. Se trataba de la sustitución de la raza eslava por la germana y de la posterior reducción de aquella a tareas secundarias y serviles. Por lo tanto se tendría que actuar con rigor desconocido, aniquilando rápidamente todos los que pertenecieran al sistema judeobolchevique y a cualquiera que lo apoyase activa o pasivamente.

Esta actitud determinó que una parte importante de la población invadida, que tenía a su vez, un gran rechazo por Stalin y su política, en vez de ayudar a la caída del poder soviético no tuviese más remedio que echarse en sus brazos (los primeros recibimientos de las tropas alemanas fueron de confraternización y con flores… en poco tiempo esas aclamaciones se apagaron). Entre dos males, el menor era el terror estalinista. De esta forma Hitler logró el milagro que las purgas y las checas no habían podido obtener: enfrentarse a todo un pueblo unido que luchaba no por razones ideológicas sino por su supervivencia y libertad. (2)

La otra razón, y no menos importante, fue el haber declarado la guerra a EEUU, luego del ataque japonés en Pearl Harbour, dándole en bandeja a Roosvelt la posibilidad de negar lo que hasta el momento, y sólo de boquilla, había defendido: la neutralidad del gran coloso del norte. La entrada de EEUU en la guerra fue determinante, y lo que era un primer frente exangüe (la lucha contra la aislada G.Bretaña) se convirtió en otro frente poderoso capaz de enfrentarse de igual a igual con los alemanes.

Por lo tanto el análisis histórica debería distinguir entre los planes de Hitler, su ocasión política y militar, y su ejecución posterior, ligada a la ideología nazi y a su cosmovisión racista basada en la superioridad aria. Naturalmente que, además hubo errores diversos, pero éstos que he señalado son los que, a mi parecer, fueron determinantes. Sin embargo, insisto, la idea de invadir la URSS no era ni loca ni políticamente estúpida. Por suerte para el mundo, su realización fue tan loca, absurda y cruel como era dable esperar, y por lo tanto, Hitler recibió su merecido. 

(1)   Recordemos que de los 5 Mariscales de la URSS quedaron sólo dos (y los más inútiles, por cierto, Vosohilov y Budenny), por lo que los altos mandos de Gran Bretaña y Francia  estimaron que la potencia de las fuerzas armadas soviéticas había quedado por los suelos. Churchill escribió: “Para Mr. Chamberlain y los Estados Mayores francés e inglés, la purga de 1937 se presentaba en sí misma como un despedazamiento interno del Ejército ruso y una imagen de la Unión Soviética como hendida a pedazos por odios y venganzas feroces” (ver en Otto Preston Chaney, jr. “Zhukov”).

(2)   Para el que albergue dudas sobre el carácter asesino de esta invasión le recomiendo que lea el libro de Wolfram Wette, “La Wermacht. Los crímenes del ejército alemán”. Editorial Crítica, recientemente aparecido.