lunes, 14 de junio de 2010

ANTES DE STALINGRADO

ANTES DE STALINGRADO – David M. Glantz 
"La cantidad tiene calidad propia.
David M. Glantz."
Esta cita del autor me parece excelente (recuerda aquella de "Dios está del lado de la mayoría), y aplicable a muchos escenarios bélicos. También, con prurito de precisión, se le podría agregar que la cantidad compuesta de particularidades sin importancia... es más sacrificable. Cosa que sucedió en el Frente del Este.

miércoles, 9 de junio de 2010

Coger a un tigre por la cola ...

"¿Por qué es tan importante conocer esta obra? Básicamente por dos motivos: en primer lugar, porque es un testimonio directo y sincero de uno de los episodios mas trascendentales de los últimos cien años, y en segundo lugar porque es necesario que todos seamos conscientes de que jugar a la guerra es como agarrar a un tigre por la cola: las consecuencias son imprevisibles pero sí muy posiblemente negativas hasta un punto en el que ya no es posible controlarlas..."

Lo anterior me recuerda, por asociación, lo que leí hace años en el famoso libro de Umberto Eco, "El nombre de la rosa": "... al propio Jorge se le fué de las manos su plan inicial y después empezó una cadena de causas, de causas concomitantes, y de causas contradictorias entre sí, que procedieron por su cuenta, creando relaciones que ya no dependían de ningún plan..."

Y esto sucede a menudo, pero al desencadenarse una guerra las consecuencias son más crueles y afectan seriamente el futuro de los países implicados. A pesar de que una guerra parezca justa, en sus objetivos, hay que prever que puede ser terriblemente injusta en sus resultados.

¡PUTA GUERRA! 1914-1919 – Tardi y Verney

sábado, 5 de junio de 2010

186 Great World War II Pictures

Siempre se pueden encontrar nueva imágenes de la segunda gran contienda del siglo XX. Me llamaron la atención éstas, en las que se ve la destrucción de ciudades y también a marinos rusos en plena acción.
186 Great World War II Pictures

lunes, 22 de marzo de 2010

Leningrado, Petrogrado, Sant Petersburg

El tiempo va pasando sin darme cuenta (virtudes de la lectura) y no he mencionado un excelente libro, del cual hice una referencia en otro blog.
Me refiero a "A las puertas de Leningrado" de William Lubbeck, que cuenta las impresiones de un soldado en la primera línea de fuego del frente del Este.

A las victorias iniciales, difíciles, pero realizadas con maestría, sucede luego el sitio a la ciudad que actualmente ha retomado su viejo nombre Sant Petersburg. Ya existen muchos libros sobre el tema, pero muy pocos con el punto de vista a ras de tierra. Me parece muy recomendable.

jueves, 18 de febrero de 2010

La caballería napoleónica

Se calcula que hay más de 250.000 libros publicados sobre Napoleón Bonaparte. Todas sus campañas, desde Tolón a Waterloo han sido estudiadas minuciosamente, todas sus estrategias y tácticas recibieron el mismo sistemático escrutíneo, a pesar de que el mismo Napoleón afirmara una vez que "Jamás he tenido un plan de operaciones". No obstante el corso ennoblecido sigue concitando la misma curiosidad que le otorgó el siglo pasado. Un ejemplo de ello lo tenemos en este blog, dónde se analiza el papel de la caballería napoleónica. Creo que vale la pena echarle una ojeada.

miércoles, 28 de octubre de 2009

Pinturas soviéticas de escenas bélicas

El "realismo socialista" ha sido muy denostado, y con razón, en tanto pasó de una teoría más sobre el arte hasta acabar convirtiéndose en un cepo donde los artistas, bajo el régimen bolchevique, quedaban encerrados.
Pero dejando de lado la historia política no puedo menos que alabar estas imágenes que son mejores que fotos, o mejor dicho, que parecen fotos sacadas por un pintor. ver

viernes, 8 de mayo de 2009

Memorias del Mariscal de Campo Kesselring


Hace tiempo que no escribo en este blog. La verdad es que existiendo tantas y excelentes páginas en la Red, agregar una más casi me parece ocioso. De allí que no crea que se pierde mucho si hago caso omiso de éste. Sin embargo a veces, sólo a veces, me gusta dejar constancia de algo que me interesó y es el caso de este libro hace poco aparecido. Las memorias de este gran general alemán son de 1960, pero hace mucho tiempo que ya no se encontraban en el mercado español, por lo tanto es una buena oticia.
Cuando digo "gran general" digo eso y nada más. Otra cosa es su ideología y la causa por la cual luchó, que sinceramente me parece deplorable. Pero aparte de ello estas memorias ofrecen un punto de vista distinto para contrastar importantes operaciones militares realizadas durante la Segunda Guerra Mundial: la operación León Marino, el ataque a Gran Bretaña, la operación Barbarroja, contra la URSS, el ataque a Sicilia y el frente italiano, particularmente duro para las tropas del V Ejército del General Clarck, y al final la defensa del frente occidental alemán. 
El libro termina con unas páginas autojustificatorias que pueden ser tomadas o no en cuenta según la ideología de quién las lea.
La mayor utilidad de esta obra, según creo, radica en acompañar la lectura, en paralelo, de las operaciones señaladas, porque entonces permiten dar profundidad a nuestros estudios incorporando el punto de vista de los generales alemanes. 

lunes, 23 de febrero de 2009

Napoleon y la Blitzkrieg

El libro "Las Campañas de Napoleón. Un emperador en el campo de batalla de Tolón a Waterloo (1796-1815)" de David Chandler, es muy aconsejable para estudiar en detalle las campañas del Gran Corso y su admirable práctica militar. Su fama de imbatible no fue casual ni producto de circunstancias meramente políticas y sociales. Napoleón inventó poco pero su genio destacó en la aplicación, de forma brillante, de las ideas de otros estrategas que le precedieron.
Napoleón supo entrar en el siglo XIX antes que sus enemigos, y ese retraso lo pagaron caro.
Sus ejércitos eran capaces de desplegarse en frentes tan amplios que impedían a los generales contrarios calcular por dónde iba a realizarse la ruptura principal. Sus tropas estaban habituadas a largas y durísimas marchas realizadas con el máximo de velocidad de la época; sus destacamentos, de gran movilidad, podían ahorrarse días en el traslado y sorprender al contrincante en lugares donde “no podía estar”.
Él cuidaba que sus tropas estuvieran reunidas en los puntos prefijados y concentradas para atacar con ventaja de hombres y material.  
Por otro lado la unidad de mando de sus ejércitos era mantenida cuidadosamente para lo cual dio mucha importancia, al contrario de sus enemigos,  a mantener expeditas sus comunicaciones. En cambio, sus adversarios (como los austriacos en la campaña de Italia), privilegiaban los movimientos complejos, realizados por grandes unidades alejadas entre sí y con problemas de desplazamiento debido al gran bagaje de suministros que necesitaban. Los ejércitos del siglo XVIII estaban acostumbrados a vivir de sus provisiones; los franceses preferían la rapiña por dónde pasaban aligerándose así de embarazosa impedimenta.
Napoleón estudiaba cuidadosamente los escenarios de sus batallas futuras y utilizaba todos los métodos de engaño posible para ocultar sus planes. Enviaba, por ejemplo, su caballería ligera por delante del grueso de sus fuerzas, para evitar la acción de exploradores enemigos y ocultar además la estructura de sus despliegues.
Acostumbraba a utilizar principalmente tres maniobras estratégicas: el ataque de flanqueo, por líneas interiores; el ataque en cuña, y la penetración estratégica.
La primera buscaba atacar, siempre que fuera posible los flancos de los ejércitos enemigos. La segunda, cuando se enfrentaba a fuerzas superiores, consistía en atacar primero al ejército más débil y luego volverse contra el mayor. Y la tercera, la penetración estratégica, cuando el enemigo esta desplegando en una larga línea enfrentándolo, penetrar en profundidad por un flanco desguarnecido y hacerse fuerte en una ciudad situada en pleno territorio hostil. En cuestión de poco tiempo el frente de batalla había girado 180º.
En todos los casos Napoleón no se ajustaba a un plan predecible. Prefería las combinaciones tácticas para evitar anticipar sus objetivos principales; manteniendo en la duda al Estado Mayor enemigo por donde realizarían los franceses el ataque principal y si el avance detectado lo indicaba o, por el contrario, sólo constituía un ataque de diversión.
A diferencia de la estrategia predominante en el siglo XVIII Napoleón huía de las batalles frontales, con dos ejércitos machacándose recíprocamente hasta que uno terminaba abandonando el campo indicando así su derrota. Prefería posiciones flexibles, ahorrándose víctimas inútiles aunque tampoco desdeñaba los ataques frontales si la ocasión le obligaba. Utilizaba intensivamente la artillería para debilitar las partes vitales de su enemigo y daba un uso intensivo al "cuerpo de ejército" que utilizaba como un mini ejército completo (infantería, caballería y artillería) para fijar al enemigo durante el tiempo necesario en que llegaran los refuerzos o se facilitara la operación de flanqueo.
El avance napoleónico con varios ejércitos avanzando en un ancho espacio y reuniéndose en torno al primer enemigo importante que se presentara recuerda a una masa de hormigas en movimiento; arremolinándose cuando localizan una víctima de gran tamaño. Siempre con maniobras de flanqueo y ocultamiento, atacando en sus "bisagras" al despliegue enemigo y persiguiendo sus tropas no bien retroceden, para evitar su reagrupamiento, son todas operaciones que anticipan la guerra contemporánea representada por la blitzkrieg. 
Para ver más sobre este libro



miércoles, 31 de diciembre de 2008

Franco y Mussolini-Ciano


Mussolini y su Ministro de Relaciones Exteriores, Galeazzo Ciano, estaban desesperados por la lentitud de Franco para aniquilar la Segunda República. Aquí, en su diario (entrada correspondiente al 20-12-1937), se puede leer lo que pensaban del Generalísimo. Sin embargo Paul Preston (en "Franco. Caudillo de España") considera que la tardanza de Franco en darle la puntilla a la República era más bien una maniobra política destinada a asegurar su poder una vez terminada la guerra civil. Es un punto de vista muy plausible porque la prolongación de la agonía republicana sirvió perfectamente a los fines del Caudillo, que se encontró al final con un país exhausto y sin prácticamente nadie capaz de hacerle sombra.